Si hubo una serie original y absolutamente adictiva la
temporada pasada, esa fue "Orange is the new Black".
Un comedy/drama carcelario que a cada paso era menos comedia
y más drama, aunque nunca olvidaba el buen humor.
Su originalidad redicaba en no intentar planes para una
fuga espectacular, o sobrevivir a la maldad y la violencia (sexual o física)
carcelaria al estilo "Prison Break"
o el 90% de las películas conocidas.
Se trataba de la vida
en una cárcel de mujeres, con clanes femeninos de hispanas, negras, paletas o
"normales" que sólo pretenden pasar
su condena lo mejor posible y salir adelante sufriendo lo mínimo.
Por supuesto que hay sexo lésbico, y también alguna pelea, y
muchas brujas hijas de puta. Pero también momentos para la amistad.
Según escribo estas líneas me da la impresión de que el que
lea esto va a pensar que estamos ante una serie blandengue, una sitcom
chistosa. Y no es así.
La serie va en serio, creo que el humor es su manera de
engancharnos para que según avanzan los capítulos podamos ser testigos de la
corrupción de los funcionarios, la falta de perspectivas de las presas y sobre
todo la profunda ignorancia de la mayoría que en el fondo no es más que un
reflejo de la sociedad americana sin importar la raza o el color.
La protagonista absoluta es Piper Chapman (Taylor
Schilling), una rubita inocentona que tendrá que ponerse las pilas para
aprender a sobrevivir desde el primer minuto. De su mano iremos comprobando
quién manda en la cocina, en el contrabando, en los guardias y en toda la
prisión.
Piper entra en prisión por un delito menor cometido hace
tiempo, parece que su condena va a ser poco menos que un paseo que nos servirá
a los espectadores para observar las condiciones
carcelarias femeninas en USA.
Pero si Piper consigue su libertad se acaba la serie ¿verdad?...
Así es que todo termina mal, muy mal.
Ahora estamos en la segunda temporada, algunos personajes
han desaparecido y otros entran en acción.
Lo primero que comprobaremos es que los guionistas han dado
un giro argumental. Piper sigue por allí pero ahora vamos a profundizar en la
vida de las otras internas.
Los flashback que nos ayudan a conocer sus
motivaciones y comportamiento son continuos.
Echamos de menos a Piper, creo que cuando ella está en
pantalla la serie gana en intensidad, pero hay que reconocer que me interesa
saber que pasa con todas las demás.
La segunda temporada tiene 13 capítulos y yo estoy en este
momento en el 8º. Hay una guerra silenciosa entre clanes raciales y rivales.
Así es que creo que esta segunda temporada también va a acabar mal, muy mal.
Me gusta esta serie, me interesa lo que sucede, tiene humor pero no se corta a la hora de criticar con dureza a una administración que sólo busca ahorrar dinero, o mejor dicho, gastar el mínimo imprescindible.
A lo mejor es que no se lo merecen, son asesinas, ladronas, estafadoras, golfas.
Muy recomendable.
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