No entiendo el cine japonés en general ni el de Takashi Miike en particular.
"Audition", "Ichi the Killer" y "Three… Extremes" me impactaron hace tiempo. Me gustaron a pesar de ciertas cosas que no me cuadraban, pero era algo nuevo, refrescante, una nueva manera de ver el cine.
Y supongo
que queda genial en el curriculum cinéfilo de cualquiera que si sale por
casualidad la conversación sobre el cine oriental seas capaz de nombrar a este
director (o al mítico Takeshi Kitano) y algunas de sus pelis.
Y como lo cinéfilos somos muuuuyyyy tontos, pues
aseguraremos que hemos visto y analizado las dos últimas películas de Miike, ambas vistas en el festival de
Sitges, o sea:
Lo dicho, y juraremos que en nuestra opinión ambas películas son una inmersión del genio
Takashi en las profundas aguas de la ultraviolencia y la deconstrucción de
ciertos mitos japoneses, una metáfora de... ¡yo que se, no se me ocurre nada coherente ahora mismo!
Pero la realidad es que ambas pelis son una puta mierda
llena de sangre y absolutamente incomprensibles para cualquier mente occidental
con un mínimo de raciocinio (me refiero al raciocinio occidental, que el otro no lo conozco y tampoco pretendo insultar a nadie).
Me he hartado de ver tonterías con tipos disfrazados de
Teletubbie matando descontroladamente, extraterrestres aficionados a los videojuegos, yakuzas vampiros que no mueren ni aunque
les caiga una bomba atómica encima, realities coñeros con el resultado de
millones de estudiantes decapitados que en vez de sangrar echan bolitas rojas
por sus heridas y otras mil payasadas que deben ser la repanocha para los japos
pero que yo (al menos yo) considero una tomadura de pelo a nivel “over nine thousand”.
Que le den al cine oriental, prefiero lo peor de Chiquito de
la Calzada.
PD.- Si hombre si, Akira Kurosawa es sin duda uno de los mejores directores de la historia del cine y también era japones.
Pero no hacía estas burradas descerebradas.
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