No se muy bien cómo afrontar mi crítica hacia
Wayward Pines.
Me da la sensación de que debo darle un poco más de tiempo,
algunos capítulos más, pero por otro lado me temo que va a ser un error.
No entraremos en los detalles formales de la serie, en la
mayoría de las producciones americanas para cadenas importantes, en este caso
la FOX, eso lo tienen muy superado. Ya sabemos que los actores son buenísimos
Matt Dillon, Melissa Leo, Carla Gugino, Terrence Howard y tampoco nos van a reparar en gastos con las localizaciones. En la producción se ve que el dinero fluye con generosidad, que todo está
filmado estupendamente.
También estaba claro que nos iban a poner el caramelito misterioso
de M. Night Shyamalan (El 6º Sentido) como director, aunque finalmente solo dirige
el primer episodio y pasa a ser uno más de los muchos productores.
Así es que hay que dejarse de tonterías y sencillamente
decidir si la serie nos gusta o no.
Y yo aún no lo he decidido, aunque me voy decantando hacia
el NO.
Mi sensación es que es la enésima intentona de conseguir el
éxito en calidad y cantidad de “LOST”, ese primerísimo plano de un ojo que abre la
serie es toda una declaración de intenciones, pero que una vez más se van a
quedar en un par de temporadas y un batiburrillo de ideas que nos dejarán confundidos y cabreados.
Tiene detalles que te llevan a pensar en “La Cúpula”, en las
dos versiones de “El Prisionero”, una ligera estética a lo “Twin Peaks”, en
resumen, todas esas series que nos han mostrado una localidad llena de
misterios dónde no sabemos si estamos muertos, vivimos una pesadilla, entramos en coma, hemos sido abducidos por extraterrestres o pasamos a una dimensión
desconocida.
Por de pronto están en una ciudad absolutamente aislada,
dónde muchos de los protagonistas no saben cómo han llegado, y dónde
inmediatamente queda claro que no va a ser fácil salir. Hay amigos y enemigos y
muchos personajes que poco a poco irán apareciendo.
Hay una historia muy rara de líneas temporales, ya que algún
personaje cree que estamos en 2014 y otro que aún está Clinton en la presidencia.
La gente parece ser feliz pero tienen reglas muy parecidas a las que tienen las sectas, y si no se
cumplen te matan.
De vez en cuando entramos en la realidad, dónde la esposa
y el hijo del protagonista (Matt Dillon) quieren saber que ha sido de su padre.
Muchos enigmas que por ahora se sostienen por las buenas
interpretaciones y una trama en constante movimiento que nos ha dado alguna que
otra sorpresa truculenta, pero que tarde o temprano tendrá que frenar para
mostrarnos algo más.
Y no creo que consigan interesarnos hasta el punto de querer
estar varias temporadas intentando descifrar el misterio de Wayward Pines.
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