Creo que la sensación que nos queda a la mayoría de los
seguidores y fanáticos del cine de terror una vez vista “It Follows” es
agridulce.
La propuesta sobre el papel y en los primeros 15 minutos es
estupenda. Algo te sigue, un fantasma, una bruja, un ente… da igual. Algo te
sigue y te quiere matar, no hay manera de librarse. Es lento, si le ves te da
tiempo a escapar, pero no se cansa, te seguirá y perseguirá hasta matarte.
Tu única posibilidad es pasarle la maldición a otra persona.
Y la manera de hacerlo es “follando” con esa persona.
Fácil. A no ser por los problemas morales que puedas tener.
Pero cuando llevas días obsesionado y sin dormir la decisión es fácil.
¡Y esta es la película!
El problema es que sólo hay un par
de buenos golpes de efecto, y la solución final… clarísima si te paras y lo piensas un instante… tampoco te deja satisfecho.
Creo que esta es una película que podría haber dado de sí
muchísimo más, podría haber estado plagada de situaciones y sustos geniales,
podría haber sido un divertimento para pasar una sesión de cine pegando gritos
y saltos en la butaca.
Pero el director ha preferido hacerlo sosegado, relajado,
buscando el fuera de campo, el que nos fijemos no sólo en el primer plano de
los actores sino también en lo que hay detrás de ellos, o delante. Primando la forma sobre el fondo. Es su opción
y me parece acertada ya que la película funciona. Y tiene planos estremecedores
como el del tipo en el tejado o escenas como la de la piscina muy bien resueltas.
Hay una sensación de estar ante cine oriental de terror al estilo "Ringu" o "The Grudge" inquietante, una creación de atmósfera muy bien conseguida.
La realidad es que es no se puede hacer una mala critica a lo que sucede y la forma en que nos lo cuentan.
Pero podría haber sido épica.
Esta peli… pide remake.
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