Como soy fan de las series de terror, y más si son de
temática zombie, no he dudado en ver el primer episodio de izombie, en teoría una serie de muertos
vivientes que los aficionados suponíamos seguiría la estela de “The Walking
Dead”. Aunque teniendo en cuenta que el creador es Rob Thomas (Veronica Mars), imaginábamos un giro original.
Y de pronto nos encontramos con la historia de una médico
que se convierte en zombie en el apocalipsis más cutre y mínimo de la historia.
Vuelve a la no vida y
resulta que es una buena persona consciente de su situación moribunda, así es que se embadurna
con mucho bronceador, aunque sigue blanca como la leche.
Y punto, su vida
continua con toda normalidad excepto por el pequeño detalle de que se mete a trabajar
como forense y que para hacer el tema un poco morboso se come los cerebros de
las víctimas de asesinato que traen a la morgue.
Pero (gran giro de guión) resulta que esta base alimenticia
hace que tenga visiones y hábitos de la vida de las víctimas porque eso es lo
que se supone que pasa si te comes el cerebro de alguien, que heredas sus
pensamientos y sentimientos.
Así es que esta joven y romántica chica se mete a ayudar al Departamento de Policía porque... porque... bueno, porque si.
Y sinceramente, que sea zombie (por lo menos en el primer capítulo) no tiene ni la más mínima relevancia, es más, parece una simple excusa para conseguir un procedimental al uso dónde alguien ayuda a la poli o el FBI para resolver casos de asesinato.
Así es que metamos todo esto en la trituradora fabricaseries
como churros marca ACME.
El uso continuado de la voz en OFF (Anatomía de Grey), poco
sexo (Erase una vez y demás culebrones) y las viñetas de comic me llevan a
deducir que esta es una serie de zombies para gente a las que no gusta el
terror. ¿Para qué elegir a una muerte viviente entonces?
O sea que no es para mí.
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