¿Os imagináis Expediente X sin Mulder?... Ya ocurrió y la
serie se hundió.
¿Bones si la doctora Brennan actuase sin su inseparable
agente Booth?, ¿Castle si el escritor Richard Castle abandonase a la detective
Beckett?.
Cuando Brody, el punto masculino y protagonista de Homeland
muere en la tercera temporada (que por cierto no había estado a la altura de
las dos anteriores) dejando sola, embarazada y hundida a Carrie Mathison,
estaba claro que la serie había llegado a su fin. Y, porqué no decirlo, de una
manera bastante coherente, con un final acertado.
A pesar de todo, los ejecutivos de Showtime, que es la
cadena americana propietaria de la serie, decidieron hacer una cuarta
temporada.
Y yo, como muchos otros, que vemos tantas series y no
andamos sobrados de tiempo, decidí que ese cartucho ya estaba agotado.
Pero me la recomendaron con el típico “Yo pensaba la mismo
pero está de puta madre, merece la pena”. Me daba igual. Hasta que uno de esos días
lluviosos y aburridos me encontré con ella y decidí ver el primer episodio.
Carrie Mathison está sola en Islamabad (Pakistán), dirige
una operación desde la sala de pantallas de la Embajada y tratando de eliminar
a uno de los mayores enemigos terroristas mete la pata hasta el fondo. Así es
que ¡a casita!
Saul Berenson ya no es nadie en la CIA, ahora trabaja para
la seguridad privada, es infeliz.
Carrie y Saul se encuentran, investigan un poco y consiguen
recuperar sus puestos…
Y en seguida te das cuenta que estás de nuevo pillado por
completo en una trama estupenda con cliffhangers espectaculares, preguntándote
si serías capaz de hacer lo que hacen algunos por su patria/trabajo. Odiando a
algún que otro traidor. Alucinando con la interpretación de Claire Danes
(Carrie) cuando se queda sin medicación. Asqueado con lo que la política puede
hacer. Comprendiendo los ideales de uno y otro lado…
Este es un punto que me gusta especialmente, la serie no
trata a los malos como “diablos” estúpidos a los que hay que eliminar, vemos
que tienen sus motivos, que saben contratacar con inteligencia, de hecho con
bastante más inteligencia que los americanos a pesar de su falta de medios.
Incluso se permiten traer de nuevo a Brody sin necesidad de recurrir a un flashback.
También está interesante el uso del sexo como arma, algo que hemos intuido en muchas pelis y que aquí es mostrado sin ambigüedades.
O la importancia de los enemigos femeninos en el bando terrorista personalizados en la actriz Nimrat Kaur, capaz de parecer una tierna estudiante o una desalmada jefa de inteligencia pakistaní, que no todo van a ser talibanes barbudos, desarrapados y mujeres con burka.
Esta cuarta temporada de Homeland puede verse como una
película de casi 12 horas, con su introducción, nudo y desenlace, pero
aprovecha de manera espléndida ese tiempo para desarrollar las motivaciones de
todos sus personajes (en ambos bandos), para mostrar que puede colocar varios puntos de giro
completamente coherentes y bien desarrollados en la trama, y sobre todo para
tenerte en vilo con cada uno de los pasos que te guían hacia uno de los finales
más amargos que puedo recordar. Porque esa es la sensación final, el regusto que te deja la serie es que quizás no merezca la pena dejarse la vida por unos ideales políticos que cambian a cada minuto.
Y en este sentido tiene mucho que decir Saul Berenson, el ex director de la CIA, el gran amigo de Carrie que va a sufrir todo un calvario y del que no debo hablar mucho más porque es posiblemente el de mayor recorrido "interior" a lo largo de toda la serie.
Y en este sentido tiene mucho que decir Saul Berenson, el ex director de la CIA, el gran amigo de Carrie que va a sufrir todo un calvario y del que no debo hablar mucho más porque es posiblemente el de mayor recorrido "interior" a lo largo de toda la serie.
Quién hoy es tu enemigo mortal mañana puede ser tu principal aliado, Quizás, solo quizás, el mayor enemigo de una nación sean sus propios políticos.
Posiblemente, excepto en sus últimos minutos, es el capítulo final el único que chirría ante todo
lo anteriormente visto. Ya en casa, lejos de los peligros, se va a recrear excesivamente en explicar detalles acerca de la personalidad de
la protagonista y para ello alarga en exceso todo la trama familiar con la introducción de la madre de las hermanas Mathison, cosa que a mí personalmente me importa un carajo.
Aunque teniendo en cuenta que ya está firmada la quinta temporada, puede que tenga algo que ver con las nuevas aventuras de Carrie
Mathison, en Europa… esta vez fuera de la CIA.
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