“Brooklyn nine nine” ha sido la gran triunfadora de las series cómicas de esta temporada en la televisión USA. Ha ganado el globo de oro a la mejor serie musical o comedia y al mejor actor cómico para Andy Samberg.
Son 22 episodios de 20 minutos de duración y son sorprendentemente adictivos.
Uno de los aciertos de la serie está en el elenco de
secundarios. La primera impresión es que son muchos, sin embargo todos son
interesantes, con tramas muy divertidas y momentos de gloria que te llevan a seguirles con interés.
Las tres chicas son geniales. Lo primero que llama la atención
es que ninguna de ellas es el típico bellezón que cualquiera imagina en una de
estas comedias.
Lo que nos enamora en ellas radica en sus rarezas y poco a
poco, como los grandes amores, nos ganan
más por su forma de ser que por su belleza exterior.
Andy Samberg es el indiscutible protagonista. Y el hilo
conductor de la inmensa mayoría de situaciones. Pero lejos de caer en la
pesadez consigue que su personaje pase de listillo a entrañable, de gamberrete
a amigo ideal.
Tiene homenajes a clásicos como "Canción triste de Hill Street", bromea con los piques entre policías y bomberos, juega con mucha inteligencia con la famosa tensión sexual no resuelta, nos muestra que hay mucho papeleo en los casos policiales, cubre la cota gay y la de los machos alfa, muestra a mujeres femeninas y más duras que cualquier hombre, y a policías duros pero muy tiernos que son capaces de hablar de cocina o de sus hijitas.
Y además es muy divertida.
Me parece una gran recomendación para esos 20 minutos en que no tenemos muy claro que hacer. Pero ¡Cuidado!. Son adictivos
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