martes, 25 de febrero de 2014

516.- El lobo de Wall Street

El lobo de Wall Street” es una película de Martin Scorsese. Por lo tanto ya casi sobra intentar criticarla a niveles técnicos, de montaje o de guión y dirección, porque sería como encontrar la obra de un gran escritor llena de faltas de ortografía.


A nivel de entretenimiento, a mí personalmente me ha gustado. Le sobra metraje, eso está claro.
Podía haber contado lo mismo con algunas escenas menos, pero es divertida… sobre todo si eres un tío y te gusta identificarte con otros hombres que se lo montan a lo grande con tias buenas y dándose la gran vida.
Tiene el ritmo y los tics de Scorsese. Un gran protagonista, rodeado de secundarios con mucho peso específico en la película. Empieza con grandes fuegos artificiales y a continuación nos narra con ritmo trepidante y mucho humor su meteórica ascensión y sin apenas darnos cuenta su lenta bajada a los infiernos.
Normalmente nuestro protagonista acaba salvándose o, depende como lo mires, castigado con algo peor que la muerte… una vida normal y corriente.


La historia no me ha interesado ni lo más mínimo, porque lo que nos muestra Scorsese sobre la vida de este hombre es una gran juerga que está basada en hechos reales y que posiblemente fue incluso más bestial.
Pero es un gran timo de la estampita.
Belfort (DiCaprio) engaña a todos sus clientes ofreciéndoles riqueza y Scorsese y una gigantesca campaña publicitaria nos engañan a nosotros haciéndonos creer que vamos a ver una obra maestra cuando en realidad sólo veremos a unos personajes que se colocan mucho y se lo pasan en grande.
Un gigantesco "Entourage", vale.
Pero estaría bien haber visto algo de sus dilemas morales o la falta de ellos, de la investigación para pillarle o de algo, no se qué, algo que no sepamos ya por haberlo visto en otras pelis o series de televisión.
Quizás es porque el mundo entero ha cambiado y ya no nos hacen tanta gracia las historias de hijos de puta que se enriquecen a base de jugar con la pasta de los demás.
A mí lo único que me ha gustado de verdad en este película son los dos epílogos finales, o sea la escena en la cual el agente del FBI vuelve a su casa en metro y el cierre “enseñando” a vender un bolígrafo.

Dinero, droga, sexo y nada.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario