"El hombre es el mejor lugar para ocultarse..."
Considerada por muchos como la mejor película de terror de todos los tiempos, "The Thing" de John Carpenter, ya sea o no la número uno del género, se ha ganado un lugar permanente en las colecciones de los amantes del cine que valoran el clímax y la tensión por encima de los litros de sangre y los clichés repetitivos.
Se trata de un remake de "The Thing from Another World", dirigida por Howard Hawks en 1951, ambas basadas en la novela de John W. Campbell, Who Goes There?. Sin embargo, la versión de Carpenter es la que se mantiene mucho más fiel a la esencia original del relato.
"The Thing" forma parte de ese grupo de películas emblemáticas como Alien, que demostraron en los 80 que el terror y la ciencia ficción podían fusionarse para crear experiencias cinematográficas casi perfectas.
Estrenada en 1982, hace más de cuatro décadas, la obra de Carpenter no solo revolucionó ambos géneros, sino que dejó una huella imborrable en la cultura de la época. A día de hoy, es considerada una obra de culto y sus personajes han trascendido a lo largo del tiempo, convirtiéndose en referencias icónicas que han inspirado múltiples reinterpretaciones.
La historia comienza con un grupo de científicos en una estación experimental en la helada y desolada Antártida. Allí, el equipo descubre a una entidad alienígena enterrada en el hielo por más de 100.000 años. Cuando la criatura se libera de su prisión helada, lo que sigue es una lucha desesperada por la supervivencia, mientras la entidad toma la forma de los propios investigadores, sembrando la paranoia y desatando el caos.
Aquí os dejo algunos datos curiosos:
- "The Thing" marcó el debut de John Carpenter en el mundo de las producciones de "serie A". Curiosamente, los productores no estaban del todo convencidos de darle el proyecto y casi terminan entregándoselo a Tobe Hooper, el director detrás de La Matanza de Texas. La duda sobre Carpenter se debía a que, hasta ese momento, su trayectoria se enfocaba en películas de bajo presupuesto como Halloween, que, a pesar de su éxito, no le aseguraba un lugar en producciones de mayor envergadura. Pero finalmente se decidió apostar por su visión única, y el resultado fue una obra maestra que redefinió el género.
- Aunque la versión original de Howard Hawks fue ambientada en el Polo Norte, Carpenter decidió trasladar la acción al extremo opuesto del mundo, situándola en el Polo Sur. Este cambio no solo le dio un toque fresco a la narrativa, sino que potenció la atmósfera de aislamiento y desesperación de la historia. La desolada y helada Antártida, con su eterno invierno y vastos paisajes inhóspitos, se convirtió en el escenario perfecto para acentuar la sensación de paranoia y peligro latente que define a The Thing.
- Antes de que el rodaje de The Thing comenzara, a Carpenter le llegó un guion muy diferente: la historia de un extraterrestre amigable. En lugar de optar por esa visión más optimista, decidió adentrarse en el lado oscuro de la ciencia ficción y eligió la ruta del terror y la desconfianza. El destino quiso que Steven Spielberg se quedara con ese proyecto sobre el alienígena bondadoso, y así nació E.T., lanzada ese mismo año. Curiosamente, ambas películas, tan opuestas en tono y estilo, redefinieron la forma en que el cine retrataba a los visitantes de otro mundo.
- Un detalle curioso y un guiño cinéfilo se esconde en The Thing: las imágenes que los expedicionarios estadounidenses observan, en las que aparecen científicos noruegos investigando la nave alienígena, no son cualquier metraje. De hecho, esas escenas son las mismas que se filmaron en la versión original de Hawks de 1951. Con este homenaje, Carpenter no solo rindió tributo a la película que inspiró su obra, sino que creó un sutil puente entre ambas versiones, conectando el pasado y el presente del terror y la ciencia ficción.
- Curiosamente, la única mujer presente en The Thing no aparece físicamente en la pantalla, sino que su contribución es a través de su voz. Adrienne Barbeau, quien en ese entonces era la esposa de John Carpenter, da vida a la voz del juego de ajedrez en el ordenador de MacReady. Aunque su papel es breve, se trata de un cameo significativo y personal para Carpenter, quien solía colaborar con Barbeau en varios de sus proyectos de aquella época. La escena en la que el protagonista pierde ante la máquina y, frustrado, le arroja whisky, añade un toque de humor irónico en medio de la tensión, antes de que la verdadera pesadilla comience.
- Antes de que Kurt Russell se convirtiera en el inolvidable MacReady, el papel fue ofrecido a otros actores de renombre. Nick Nolte y Jeff Bridges fueron los primeros en recibir la propuesta, pero ambos rechazaron la oportunidad. Afortunadamente, la negativa de estos gigantes de Hollywood terminó beneficiando a la película, ya que Russell, con su carisma rudo y presencia en pantalla, se adueñó del personaje y lo convirtió en uno de los héroes más icónicos del cine de terror y ciencia ficción. La colaboración entre él y Carpenter, que ya habían trabajado juntos en Escape from New York, resultó ser la elección perfecta para transmitir la mezcla de valentía, desconfianza y desesperación que define a MacReady.
- En un ejemplo clásico de cómo optimizar el presupuesto en el cine, el humo que se ve saliendo de las ruinas del campamento noruego, cuando los expedicionarios estadounidenses lo visitan, no proviene de un set diferente. En realidad, se trata del campamento americano incendiado durante las escenas finales de la película. Carpenter decidió reutilizar las instalaciones tras el clímax del film para simular el destrozado campamento noruego, aprovechando el mismo escenario y ahorrando así los gastos de construcción de un nuevo set. Este ingenioso truco demuestra cómo la creatividad detrás de cámaras puede ser tan importante como la que se muestra en pantalla.