“Only God Forgives” de Nicolas Winding Refn me ha parecido una obra maestra de la
nada.
Una caja envuelta en un papel precioso, llena de lazos y
adornos de colorines que está vacía.
Cada plano busca la perfección estética, cumple con las
reglas de la composición estilística, cada fotograma sirve para hacer un
poster.
Pero finalmente estamos ante una historia tranquilamente comparable a las
memeces de Chuck Norris o Steven Segal en Thailandia.
Malo mata a inocente, poli mata a malo… empieza la venganza
por ambas partes hasta que no sabes quién es peor y más bestia de los dos
bandos.
Por allí aparece Ryan Gosling poniendo su cara habitual de tipo duro pero con mundo interior ("Drive" "Cruce de caminos") y hace lo que según he leído le pidieron. O sea, poca cosa aparte de poner esa cara y recibir una buena paliza.
También está Kristin Scott Thomas, que normalmente hace de mujer elegante y que aquí borda el papel de madre supercabrona y barriobajera.
Imagino que la película busca agitar nuestras conciencias sobre el problema de la prostitución de menores en Thailandia y la posibilidad de que algunos en ese país decidan cortarle las pelotas a los occidentales.
Por otro lado reconozco que este
director está cambiando la estética de la violencia al igual que en su día lo hizo Sam Peckimpah con su cámara lenta en “Grupo Salvaje”. En este caso se trata de reflejar la violencia
más brutal con planos estéticamente perfectos, llenos de colorido, con un alucinante uso del sonido y de las imágenes fuera de campo.
¡Y por fin alguien grita como se debe gritar cuando te torturan!
El uso de la perspectiva y de los
planos estáticos dónde se resalta algo a base de ocultar lo superfluo es
tan claro que no sabes si considerarlo como pretenciosidad o como
recurso de director "genial".
Finalmente encontramos una indudable
carga psicológica que motiva la actuación de los personajes y la influencia
casi vampírica de la madre sobre ellos y sus actos...
A mí me ha gustado.
Ahhh, y el personaje del poli cantante es... tremendo.
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