"Los últimos días" nos la han vendido como cine
español de gran presupuesto, nuestra visión post-apocalíptica, el Walking-Dead patrio
sin zombies.
La película está bien interpretada por Quim Gutiérrez y
sobre todo por José Coronado.
Y hay un par de escenas impactantes, la de la plaza y la del oso, pero ni mucho menos llega a lo
que había leído sobre que esta película era comparable a grandes
superproducciones americanas.
En el fondo no es más que un voy desde aquí hasta allí por
las vías del Metro y un par de edificios.
Uno busca a su novia y el otro a su padre, ¡ya veremos si los encuentran! .
Uno busca a su novia y el otro a su padre, ¡ya veremos si los encuentran! .
No quiero generalizar, pero es difícil empatizar con una historia que no tiene ningún sentido, ni con los personajes, que no tienen gran
profundidad. Y sobre todo... es que no hay peligro, apenas hay conflicto y todo nos suena a mil veces visto en otras pelis y series. La trama es un absurdo "porque
si".
Una revisitación del modelo misterioso de "La Cabina" de José Luis López Vazquez en la época de Franco. Pero hoy día estas historias ya no nos sorprenden.
Una revisitación del modelo misterioso de "La Cabina" de José Luis López Vazquez en la época de Franco. Pero hoy día estas historias ya no nos sorprenden.
Seamos sinceros. Si esta es la respuesta española al cine
catastrófico, a los apocalipsis, o el cine de fin del mundo... Lo hacemos
bonito, pero seguimos siendo cutres.
Por supuesto no puede faltar algún plano español y de
conflicto con los "buenos" inmigrantes.
Y por supuesto el gran final, las nuevas generaciones cambiaran el mundo y ¡viva el amor! y todo eso tan "cool" y... DIOS, ¡que mierda!.
Y por supuesto el gran final, las nuevas generaciones cambiaran el mundo y ¡viva el amor! y todo eso tan "cool" y... DIOS, ¡que mierda!.
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