En 1978 Joe Dante filmó una de las maravillas de la serie B,
"Piraña". Película, que en principio parecía una copia barata de
"Tiburón" pero que era mucho más, ya que consciente de sus
limitaciones presupuestarias apostaba por la crítica social, algo de despelote
y mucha mala leche.
Para lo permitido en aquella época era bastante
"gore" y tenía muy buenos sustos. Era una maravilla veraniega y todo
un boom de alquiler en la época dorada de los videoclubs.
La película mezclaba una serie de componentes terror/veraniegos que ya han quedado fijados para cualquier producción con monstruitos que se precie. Experimentos científicos militares, bichos con ganas de sangre, buenos momentos gore (la sangre es fundamental) y sobre todo... tetas, muchas tetas. Si se muestran genial, pero no es imprescindible, un buen bikini y abundancia cárnica es suficiente.
La secuela "Piraña 2" no se hizo esperar y si
barata fue la primera, esta ya era paupérrima, aunque para los anales de la historia
quedará el hecho de que esté dirigida por James Cameron (si, el de "Titanic" y "Avatar", todos tenemos un
pasado). Sin embargo hubo algo positivo,
Cameron quedó tan decepcionado y herido en su orgullo por lo mucho que tuvo que
tragar en esta producción que decidió no volver a filmar si no tenía el control
total... y ya hemos visto los resultados. Incluso se comenta que lo pasó tan mal que tenía
pesadillas dónde un ser invencible venía del futuro para destruirle por lo que
estaba haciendo.
El caso es que las pirañas tenían alas y eran capaces de
salir del agua volando para comerte, o para comerle las tetas a las buenas mozas. ¡Una auténtica gozada!, que sumada a los múltiples topless y algún
que otro "polvete" submarino la convertían en una joya para
adolescentes descerebrados como yo.
La realidad (sin ojos adolescentes) es que era un subproducto miserable dónde apenas se ve nada con coherencia, los diálogos se los debían inventar los actores sobre la marcha y las pirañas de goma repetían plano continuamente.
Y todo se tranquilizó bajo las aguas.
Allí permanecieron ocultas, durmientes. Esperando...
Hasta el 2010...
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