miércoles, 11 de abril de 2012
233.- House of crime
Ramón Novarro, cuyo verdadero nombre era José Ramón Samaniegos, fue uno de los actores más importantes de la historia del cine mudo.
Y uno de los primeros sex-symbols. Su primer papel de importancia fue "El prisionero de Zenda" al que siguieron "Scaramouche" o "El árabe". Pero el papel que le convirtió en una estrella fue el de Judah Ben Hur en la primera versión de esta película.
Aunque todos asociamos la historia de "Ben Hur" a Charlton Heston y recordamos la famosa carrera de cuadrigas, no está mal recordar que esta versión es lo que hoy llamaríamos un remake, ya que la primera versión (muda y en blanco y negro) la protagonizó en 1925, Novarro. Por cierto que ya en aquellos años la escena que impactó a todo el mundo fue la de la famosa carrera.
A partir de entonces le llamaron el nuevo "Valentino", intentando crear rivalidad con el otro gran mito del momento, Rodolfo Valentino, aunque ambos eran grandes amigos.
Con el tiempo su estrella se fue apagando y vivía cómodamente en Hollywood.
Ramón Novarro era homosexual, algo sobradamente conocido aunque era un hombre que llevaba su vida privada con gran discreción y nunca se vio envuelto en escándalos.
El 28 de octubre de 1968, Novarro, que ya tenía 69 años contrató los servicios de dos "chaperos", los hermanos Ferguson.
Estos habían escuchado historias de que el famoso actor tenía una fortuna escondida en casa, así es que no dudaron en torturarle brutalmente para que confesara dónde tenía escondido el dinero.
Destrozaron casi todo lo que había en la casa, grandes recuerdos de una exitosa carrera en el cine.
Cuando la policía llegó a la escena del crimen encontraron el cuerpo sin vida de Ramón Novarro, desnudo y lleno de contusiones, con frases obscenas en su cuerpo y un consolador de mármol encajado en su garganta que le produjo la muerte por asfixia. Este consolador había sido un regalo de su amigo Valentino.
La manera de coger a los asesinos es de película cómica. La policía rastreó una llamada hecha desde la casa de Novarro el día del asesinato, al marcar el número se puso una mujer que dijo ser amiga de uno de los hermanos, Tom Ferguson, y confesó que este la había llamado para contarle que estaba en casa del actor intentando robarle el dinero.
Tom Ferguson era menor de edad, así es que se autoinculpó del asesinato para que su hermano se librase de la cámara de gas, sin embargo en cuanto el juez le dijo que le iba a juzgar como a un adulto cambió la confesión y acusó a su hermano.
Finalmente los dos fueron condenados a cadena perpetua, aunque se sabe que salieron tras cumplir diez años en prisión.
Aquí podéis ver la famosa escena de "Ben Hur", el momento culminante en la carrera de Ramón Novarro y la demostración de que en 1925 ya se hacían escenas de planificación absolutamente genial. Son 10 minutos que valen mucho más que algunas de las películas de acción y gran presupuesto de hoy en día.
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Pues sí que me gustaría ver el making of de esta peli, porque en esa época llevar las cámaras medianamente estabilizadas no debía de ser fácil. Las hostias eran de verdad.
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