miércoles, 21 de enero de 2015

575.- La Isla Mínima


La Isla Mínima es una buena película.
Las interpretaciones son geniales, incluso  el desperdicio que se hace con el gran Antonio de la Torre al que podían haber aprovechado mucho más.
La fotografía y la ambientación son sobresalientes, los planos cenitales son dignos del National Geographics y subrayan a la perfección la idea de soledad, de estar en un lugar con leyes propias, apartado de la España real.
Las nominaciones son justas, aunque creo que a Nerea Barros le deberían haber dado algo más de cancha.
Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo, no sólo están perfectos, es que además consiguen despegarse de su aureola de actores cómicos con perfil bonachón para pasar a ser dos polis serios y machacados por la vida. Seguramente les va a suponer un incremento más que merecido en sus proyectos de futuro.


Todo cuadra y todo está bien… pero entonces, ¿porqué siento que no es una película redonda?
Veo defectos y no estoy seguro si son problema mío o de la película.
 Me explico. Hay una serie de detalles que no me gustan y que me predisponen a no considerar la peli como una grandísima historia, aunque supongo que a los creadores de la misma esto les podría parecer la opinión de un ignorante (que lo soy).
Pero insisto, por mi parte la sensación final es agridulce.

¿Qué sentido tiene que el protagonista orine sangre si sólo lo vemos en una escena y luego no tiene más relevancia?
En cuanto a la trama, me  siento un pelín toreado. Han intentado mostrarme muchos caminos erróneos , como el hombre del sombrero, el tráfico de drogas,  o los folletos sindicales, o el chico guapo y la historia de las fotografías para que al final el asesino sea quién es, que en cierto modo es el camino fácil y americano.
Otra objeción personal y posiblemente absurda por mi parte (lo reconozco) es la elección de casting del guapo  (Jesús Castro) y de uno de los guardias civiles (Jesús Carroza), que son los dos protagonistas de “El niño”, la otra gran competidora en los Goya y… no sé cómo explicarlo pero me despista.
Pero lo que menos me cuadra es la revelación final sobre el pasado de Juan (Javier Gutiérrez) ya que en cierto modo anula su interpretación como actor y su verdad como personaje. Si verdaderamente es tan mala persona ¿qué le motiva a portarse tan noblemente? Creo que es el típico giro de trama que impacta sobre el papel,  pero realmente jode al personaje cuando lo piensas un poco. No había motivo para esto, no está explicado, en definitiva, sobra.


Posiblemente todo esto sean chorradas, quizás en una peli americana ni me habría fijado y la hubiese recomendado sin pensar.
De hecho quiero recomendarla, creo que si te gustan las tramas de misterio e investigación, no te puedes perder La Isla Mínima.

Pero es que precisamente me fastidia estar ante una historia que un pelín mejor pulida hubiese entrado sin ninguna duda en el Olimpo de las mejores thriller del cine español… si no lo está ya.


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